miércoles, 7 de septiembre de 2011

Editorial: ¿Se equivocó la sociedad?

por Consejo de redacción

Después de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto, cabe reflexionar no a partir de hipótesis y especulaciones, sino sobre la base de una evidencia incontrastable: la sociedad ha optado mayoritariamente por este gobierno.

Ante los resultados, lo primero no es tratar de determinar el acierto o error de tal decisión. Porque este juicio sólo puede derivar de una adecuada comprensión de las razones que impulsaron a votar de ese modo.

En este sentido, y comenzando por las causales más inmediatas, podría decirse que en esta votación ha pesado el nivel de consumo de clases medias y altas, sumada a la sensación de protección que brinda a los más pobres la ayuda social. En un contexto mundial convulsionado, nuestro país presenta un panorama de relativa estabilidad, sin aparentes riesgos de crisis en el futuro inmediato.

Pero los motivos no son sólo coyunturales. Como señalaron recientemente algunos analistas, la mayoría de los argentinos está de acuerdo con las líneas maestras del modelo: estímulo al consumo, mayor intervención del Estado, no represión de la protesta social, la política de subsidios, juicio a los represores.

En un tercer nivel, más profundo, estos pilares de la política gubernamental están respaldados por una construcción ideológica que le da al actual gobierno una identidad fuerte. El kirchnerismo parece haber ganado una batalla cultural.

En contraste con esto, la oposición carece de una identidad definida y aparece fragmentada y desdibujada. Una de las razones de ello es que el discurso crítico no es suficiente cuando carece de una propuesta clara en cuanto al rumbo político, y una dirigencia que pueda ser percibida como idónea y confiable para llevarla a la práctica.

Teniendo en cuenta esto último, se entiende que la percepción de la corrupción, el desorden, el despilfarro, la mentira y el abuso institucional no hayan pesado significativamente en el momento del voto. No se trata de insensibilidad moral, sino del hecho crudo de que el catalizador adecuado para que estos factores adquieran verdadera relevancia todavía no ha aparecido en el horizonte político nacional.

Las elecciones primarias, si bien por su naturaleza no expresan necesariamente la voluntad última de los votantes, sí manifiestan una clara opinión, en este caso abrumadoramente mayoritaria a favor de Cristina Fernández de Kirchner, que tendrá que ser convalidada en las elecciones de octubre.

Por lo tanto, la atención de la ciudadanía deberá centrarse tanto en la figura presidencial como en la composición del Congreso, opciones varias que podrán ejercerse con el corte de boletas. Es clave la construcción republicana de una herramienta de control como debe ser el Poder Legislativo, sobre todo cuando parece desplegarse un escenario de partido único.

5 comentarios:

  1. Criterio dice que las clases medias y altas viven bien, que las bajas se sienten protegidas y que hay un panorama de relativa estabilidad. Estas son muy buenas razones para elegir un candidato en cualquier parte del mundo, que faltaron demasiado tiempo en Argentina.
    A pesar de una campaña mediática fortísima que procuró fabricarla no “percibimos” corrupción, desorden, despilfarro, mentira y abuso institucional del lado del gobierno. Seguramente no más que en la oposición y sin dudas bastante menos que en períodos anteriores cuando ésta fue gobierno. Criterio también reconoce que no hay ninguna “propuesta clara” ni una dirigencia “idónea y confiable”, lo que supongo basará en sus propias valoraciones y experiencias del pasado de estos opositores.
    Mayoritariamente, los argentinos también estamos de acuerdo con el modelo de país que propone el gobierno, de modernización, industrialización, latinoamericanismo, redistribución, inclusión social y aceptación de nuestro pasado, aunque la descripción del artículo lo reduzca a un asistencialismo de subsidios y estímulo al consumo.
    Los argentinos no nos equivocamos ni somos culpables de nada. La frustración de quienes esperaban otro resultado ahora quiere proyectar culpa sobre los que se “equivocaron” y una oposición que no tiene ideas ni personajes creíbles. No supieron construir un proyecto político, criticaron en tono altisonante desde su pretendida superioridad y así les fue. Es su responsabilidad haberse borrado de la reconstrucción de la Argentina.
    Ahora la oposición busca erosionar, restar legitimidad y poder. Una revista publicitaba un artículo cuyo título era “Los heridos de las elecciones se suben a la ambulancia del Dr. Binner”. Convertirse ahora en “socialistas a la santafesina” es otro error, producto de no mirar las necesidades del país sino los propios intereses.
    Desde que asumió Néstor Kirchner he escuchado vaticinios de toda clase de apocalipsis que siempre estaban a la vuelta de la esquina. Hoy es el peligro de “un escenario de partido único”. Hasta ahora no ha ocurrido ninguna de todas las calamidades auguradas y desde dirigentes empresarios hasta varios premios Nobel y diez millones de argentinos sostenemos que estamos en buen camino. Pero estas opiniones no se leen en Criterio, no se toman en cuenta, se ignoran, no existen o “se equivocan”, aunque se publican en el New York Times y en otros diarios del mundo.
    En la década del 90 en Argentina no se fabricaba nada, éramos un país parado, ocioso, moribundo. Hoy tenemos una Argentina que produce, no una que solo mueve papelitos en timbas financieras y se endeuda incontroladamente para beneficio de una minoría de súper ricos.
    Lo que se llama despreciativamente “consumo” es el motor del empleo y el crecimiento industrial. ¿Es que nadie recuerda que la preocupación primera de los argentinos era la desocupación? ¿Las colas en los consulados? ¿Los comedores populares? ¿Tanto penetró el dogma neoliberal que borró la realidad de una miseria tan cercana?
    Yo viví el cierre de fábricas e industrias y la desnacionalización del país, no necesito que me lo cuenten. Yo sé lo que significó la desocupación y la miseria para millones de familias en Argentina. Yo veo cuanto hemos avanzado, con bases sólidas, con trabajo e inversión, con obras que están a la vista, con producción y tecnología.
    Hoy puedo verificar en todos lados que el bienestar alcanza a todas las clases sociales. Basta ver que comen al mediodía los obreros de la construcción y que ropa se ponen para volver a sus casas. Tienen trabajo, los sueldos alcanzan, todos están haciendo alguna mejora en sus casas, sus hijos estudian. No se compara con lo que ocurría a mediados y fines de la década del 90.
    ¿Qué hay que resolver todavía muchos problemas? ¿Qué hay errores que corregir? ¡Por supuesto! ¡Claro que si! Y por eso mismo tiene sentido votar a quienes iniciaron este camino, para que hagan lo que falta y para que lo puedan hacer mejor. Más de la mitad de los argentinos no nos equivocamos esta vez, ni lo vamos a hacer en Octubre.

    ResponderEliminar
  2. Como Criterio levanta a intervalos variables los comentarios de lectores y solo se visualiza una parte de las nuevas entradas, lo que a mi entender no facilita el diálogo, ofrezco un blog que he creado para agilizar este intercambio. Pueden expresar sus opiniones con entera libertad, ya que no será moderado y espero que todos podamos enriquecernos con el mismo.
    Puede accederse a través de http://criterioyopiniones.blogspot.com/

    Voy a comentar algunas frases aisladas de los comentarios publicados, no puedo hacerlo en forma completa, así que me disculpo de antemano por sacar de contexto algunas ideas. De cualquier forma, los comentarios completos están en la página http://www.revistacriterio.com.ar/nota-tapa/editorial-%c2%bfse-equivoco-la-sociedad/

    ...el bienestar económico que se disfruta actualmente oculta cualquier duda ética e intelectual al respecto, pues de profundizar el análisis ya hemos pasado por esta bonanza y recordemos como terminan estas fiestas...

    Es verdad que hemos vivido fiestas que pagamos muy caro, no cabe duda. Pero hay diferencias esenciales entre, por ejemplo, lo que ocurrió desde 1976 hasta el 2003 y lo que pasa ahora.
    En aquel período la Argentina cerraba fábricas e importaba cada vez más. Yo viví personalmente el cierre de varias empresas cuando Martínez de Hoz y Cavallo eran ministros. Cada vez más dependíamos de la importación y producíamos menos. La desocupación creció permanentemente y llegó a límites increíbles, llegando a ser la máxima preocupación de los argentinos.
    Lógicamente, nos endeudamos ferozmente y llegamos así al quiebre del 2001 cuando se acabó la fiesta.
    Ahora es muy simple verificar que la desocupación ha bajado a límites históricos, el empleo en blanco ha crecido más que proporcionalmente. Las industrias se multiplican y hay inversiones en todos los rubros. Basta ver las rutas cargadas de camiones y recordar que estaban vacías hace 10 años.
    La deuda se ha saneado y tenemos reservas importantes, no bonos ni papelitos, billetes y activos en otras monedas extranjeras, oro incluso, que había sido vendido por Roque Fernández y Pedro Pou.
    Tenemos mucho más control de nuestra economía, podemos encarar los desafíos mucho mejor que cuando solo nos quedaba aceptar las imposiciones del FMI.


    .... vecinos latinoamericanos crezcan a un ritmo impensado, y la Argentina se conforme con los bajos niveles de crecimiento....

    No opina lo mismo el premio Nobel de Economía, Paul Krugman, entre otros. Se puede ver un artículo muy ilustrativo en el blog de Paul Krugman: http://krugman.blogs.nytimes.com/2011/06/23/dont-cry-for-argentina/


    ...Cuando el gobierno no es populista, no existe sensación porque está pensando en las cuentas y no en el vivir de la ciudadanía....

    Populista es un adjetivo peyorativo en este caso. En democracia, un gobierno debe pensar en el bienestar de los habitantes del país. A corto y largo plazo.


    ....PEGO el slogan del oficialismo, “pensá en vos”, “votá por vos”,....

    El centro del dogma neoliberal es el egoísmo. Curioso argumento para ser usado por un gobierno acusado de populista. Creo que hace alusión al contraste entre la “percepción” fabricada por los medios de que “todo es un desastre” y las realidades individuales que, según reconoce Criterio son de bienestar y protección.

    ResponderEliminar
  3. ....No me gustan las dádivas, menos si son entregadas sin control. No transo con la CORRUPCIÓN de éste ni de ningún gobierno que la practique y ampare. No transo con la prepotencia, el clientelismo y la mentira, de la gran mayoría de quienes integran este gobierno, el Poder Judicial y el Legislativo....

    No se trata de transar con la corrupción, hay que oponerse y combatirla activamente. Yo veo que se cae en una rara versión del “angelismo”, en el cual todos los opositores son perfectos, honestos, inteligentes y nunca mienten. En cambio, el gobierno todo lo hace con fines viles, aunque le salga bien. Craso error, fabricado por el sistema de medios que comanda la oposición.


    ...obnubilado por mi clara posición negativa hacia Cristina y el actual Gobierno.......la oposición mayormente no piensa ni tiene ideas disímiles o diferentes a las de Cristina Kirchner....

    Es verdad, frente a una realidad positiva, no pueden oponer ideas y se limitan a decir que “son mejores” aunque sus historias lo hacen muy difícil de creer. Yo también creo que hay mucha gente obnubilada por los medios.


    ....demostrar la crisis del Estado de Bienestar, el cual, dicho sea de paso, se encuentra en retroceso en todos los países del mundo ....

    Lo que ocurre no es esto sino que el neoliberalismo ha logrado deshacer estructuras de bienestar y transformarlas en negocios. Puede verse excelente información sobre el tema, muy bien documentada en http://www.vocesenelfenix.com/ En particular ver el número 7 de la revista, que trata sobre la salud.
    Simultáneamente, la desigualdad y la desocupación crecen y destruyen países, como puede verse ahora mismo en Europa y EEUU.


    ....hemos accedido a un liso y llano nivelar para abajo....

    Sin duda, esta no es la opinión de ninguno de los desocupados del 2003.


    ....muchos no estamos en contra de las políticas del gobierno sino de cómo se hacen las cosas y de la soberbia en muchos casos;....

    En mi opinión, esta es una “sensación” fabricada por los medios. Pueden citarse muchísimas más actitudes soberbias de opositores que del gobierno, pero estas no tienen la misma repercusión. Puede verse el nulo impacto en Nación y Clarín de la desgraciada frase de Biolcatti sobre porqué y quienes votaron a Cristina.


    ...No imagino al Gobierno encontrar herramientas en tan poco tiempo como para destruir tal acuerdo de una casi Moncloa....

    Tampoco Grondona, Biolcatti y Duhalde imaginaban este escenario en el 2009, hace menos de 2 años.

    ResponderEliminar
  4. jose buceta dice:
    Miércoles 7 de Septiembre de 2011 a las 1:45 PM

    Siempre fue y es estimulante y placentera desde el punto de vista espiritual e intelectual la lectura de Criterio, y el editorial actual lo prueba. Ya manifesté más arriba una visión del mismo, tambien leí detenidamente las que proponen el Sr Juan C Mac Donnel y el Sr Juan C Lafosse y de ambas tomo algún pasaje. Dice Mac Donnel “a nadie le importa la corrupción salvo que le toquen el bolsillo” y sobre ello gira a mi entender un eje fundamental para el análisis de la última elección. Que a tanta gente no le importe la corrupción es por lo menos grave. ¿Cómo puede no importar la corrupción? Cómo puede llevarse a cabo la gestión política, por definición el bien común, si está teñida de una pátina de corrupción. La corrupción es deshonestidad, es aprovecharse de dineros públicos para conveniencias y/o negocios personales, es enriquecerse a través de la funcion pública, es comprar más caro para obtener una mordida y tanto más, pero como digo en mi anterior análisis los argentinos nos debemos un serio autoanálisis sobre nuestras conductas tan livianas en el cumplimiento de leyes y normas, desde los golpes militares desde 1930 a 1976, hasta cómo se respetan las normas de tránsito. Y además hubo entre la oposición alguien que centró sus críticas en la corrupción y fue la menos votada: la Dra Carrió, y creo es sugerente. Dice también en otro comentario el Sr Juan C Lafosse, que no percibió ni él ni los votantes de Cristina “corrupción, desorden, despilfarro, mentira y abuso institucional”. Es inquietante que pueda hoy discutirse el perverso manejo de fondos públicos que muestra el gobierno son tantos los casos que realmente preocupa que no sea visto como incorrecto, que no se condene el despilfarro de subsidiar a quien no lo necesita ni lo pide llama la atención que no se condene como abuso institucional los decretos de necesidad y urgencia para resolver situaciones sin urgencia ni necesidad. Sigue preocupando pues aunque en el pasado se ha cometido el mismo error ello no autoriza a repetirlo. También habla de otros logros fundamentales del gobierno, y entiende así el éxito rotundo obtenido, y vuelvo a preguntarme que si bien dichos logros son en muchos casos discutibles, es obvio que esa discusión cesa cuando tan alto porcentaje ha votado afirmativamente al gobierno, pero no cesa mi sorpresa y el desánimo por no centrar la sociedad la exigencia en la honestidad, creo es lo más importante que debe exigirle la sociedad a sus representantes.

    ResponderEliminar
  5. Estimado Sr. Buceta,

    No es que uno sea ciego y no vea que existe corrupción. ¡Claro que la hay! Siempre hubo y lamentablemente siempre habrá. Siempre tendremos que pelear por la honestidad, pública y privada.

    No comparto que a los argentinos no nos importe la corrupción, creo exactamente lo que dije y tengo muy buenos motivos para ello:

    “Seguramente no más que en la oposición y sin dudas bastante menos que en períodos anteriores cuando ésta fue gobierno. Criterio también reconoce que no hay ninguna “propuesta clara” ni una dirigencia “idónea y confiable”, lo que supongo basará en sus propias valoraciones y experiencias del pasado de estos opositores.”

    La historia argentina está llena de casos de corrupción, no es que “ahora” aparezca ni muchísimo menos que sea “la peor”. La corrupción tampoco es privativa del gobierno, yo creo que es mucho peor en otros sectores de la sociedad.

    También veo, y es muy sencillo probarlo, que la “sensación de corrupción” se construye y dirige en función de intereses económicos a través de los medios de comunicación.
    Hay cosas que no salen y otras que salen en las tapas durante semanas, no se para de hablar de un tema si creen que puede afectar al gobierno. Repito, esto no es una “opinión” se puede corroborar cada día.

    La desaparición de Carrió no tiene que ver con su supuesta postura anticorrupción. Más bien con su descontrol verbal, su agresividad y actitud soberbia, mesiánica. Todos estamos hartos de sus denuncias mediáticas que nunca terminaron en la justicia y de acusaciones sin sentido, de ella y de otros como Duhalde con el tema del imaginario fraude. Estas cosas también son corrupción.

    Un gobierno que comienza no encuentra tierra arada lista para sembrar, hay cientos de miles de funcionarios, en complejísimas estructuras que arrastran sus historias y personajes. ¡Acuérdese de la corte del comisario Nazareno! Sinceramente, no se puede “terminar con la corrupción” por un acto de voluntarismo, hace falta mucho tiempo, esfuerzo y desgaste de poder para lograr apenas disminuirla.

    Cordialmente,
    Juan Carlos

    ResponderEliminar