martes, 5 de julio de 2011

“Te quedaste en el ‘45”

por Prins, Arturo

En el enfrentamiento de Beatriz Sarlo con los panelistas del programa 6,7,8, uno de sus interlocutores le dijo “Volvé al peronismo”. Sarlo respondió: “¡Ni loca!”. Como insistía, al finalizar el programa dijo: “Te quedaste en el ‘45”. Jorge Fernández Díaz comentó en La Nación que su presencia fue un desafío a la vieja política y echó luz sobre la ausencia de líderes opositores con coraje, integridad y convicción. Elisa Carrió, en la campaña de 2009, decía: “Tenemos que dar un salto histórico como el de 1945. Los peronistas me tienen que ayudar, sin ellos no hay salto ni cambio”. Convencida de que no podía ganar sin la “pata peronista”, daba la bienvenida a dirigentes justicialistas que, junto a otros, conformaban la Coalición Cívica. A diferencia de Sarlo, Carrió involucionaba a la vieja política. En la campaña actual dice: “Ser progresista no es gobernar mirando el pasado”. Y calificó de “oportunistas y especuladores” a los que buscan lo que ella buscaba en 2009: el voto peronista.
Ricardo Alfonsín, en 2009, como segundo en la lista de candidatos a diputados por la Coalición Cívica bonaerense se enfrentaba a Francisco De Narváez, cabeza de lista de Unión Pro: “De Narváez –decía Alfonsín– es el nuevo menemismo. Él y Macri pertenecen a grupos económicos. No defenderán los intereses de sus votantes”. Hoy afirma –como Carrió en 2009– que sin el peronismo no gana la elección y acuerda con De Narváez. Carrió comparó este acuerdo con el Pacto de Olivos. Atrás quedó su “pata peronista”. En la presentación de De Narváez, Alfonsín exclamó: “¡Gracias, peronistas de Perón y de Evita!”. El retorno al ‘45 le costó su deseada alianza con el socialista Hermes Binner y lo obligó a buscar candidato a vicepresidente. El elegido fue Javier González Fraga –sin experiencia política ni parlamentaria–, expresión de la falta de integridad y convicción que reina en la UCR. El partido radical no tiene candidatos propios: apela a un empresario-peronista para lograr votos ajenos en el distrito más importante. Y apela a un empresario-economista, cercano a Duhalde, para completar nada menos que la fórmula presidencial.
De Narváez, además de votos en la provincia, deberá atraer a Macri si gana en la Capital, y González Fraga a Duhalde si perdiera la primera vuelta. Duhalde elogió la designación de González Fraga, junto a otros que indicaron que disipará el fantasma de la hiperinflación que amenaza a Alfonsín, por la crítica gestión de su padre. Muchos coincidieron en que habrá un “vocero autorizado” en materia económica, cercano a Roberto Lavagna, candidato a canciller o jefe de gabinete. ¿Qué será de un ministro de Economía diluido por el vicepresidente o el canciller, como ocurría con Néstor Kirchner?
Sin hombres ni votos, la UCR se despersonaliza. Como el propio Alfonsín, que saltó a los primeros planos por la muerte de su padre, al que busca parecerse: eligió las mismas fechas y lugares de la campaña de 1983 para sus apariciones, se despide con el mismo apretón de manos que acuñó su padre, gusta hacer anuncios en la oficina de su padre. Pronto recitará el preámbulo.
Binner, candidato presidencial, privilegia el marco común de las ideas a los acuerdos meramente electorales. Cuando le mostraron encuestas que revelaban el poco conocimiento del electorado sobre él, dijo: “No me preocupa; fue la perseverancia la que me permitió tener propuestas, diputados, senadores y, finalmente, gobernar Santa Fe; esta construcción se puede hacer en 2011 o en 2015”.
“Te quedaste en el ‘45” es toda una definición en el proceso electoral que sufrimos.

1 comentario:

  1. El rejunte de Alfonsín (hijo) (1) con De Narvaez se hace a costa de resignar demasiados valores institucionales, es una propuesta que llevaría inexorablemente hacia la ingobernabilidad y la hecatombe.

    Imaginemos las situaciones ridículas que se vivieron en el armado de esta “fórmula” y las listas, llevadas a la Casa Rosada para gobernar la Argentina. No hace falta imaginar demasiado, el discurso de los candidatos ya difiere y se contradice permanentemente, cada personaje apuntando a objetivos diferentes.

    Sin embargo, de alguna manera esto puede implicar una nueva estructura del bipartidismo en Argentina, donde las líneas de clivaje pasen de ser peronismo/antiperonismo a algo más parecido a izquierda/derecha, tal como en muchos otros países.

    Mientras subsistan las reglas del ballotage que generó el Pacto de Olivos, es difícil que las elecciones no se polaricen intensamente y sería un cambio de aire interesante dejar atrás, al menos parcialmente, algunas viejas formas de la política argentina. Suficiente agua ha corrido desde el ’45!

    Difiero sin embargo respecto del papel de un ministro de economía. Creo que la economía es un instrumento al servicio de un proyecto político, sin el cual pierde su sentido humano. Solo desde una planilla Excel, donde la gente desaparece detrás de un porcentaje, se puede haber reducido el haber de los jubilados y presentarlo como “la única solución posible”.

    (1) Para evitar toda confusión con una persona respetable y con coraje, yo aclaro: Alfonsin (hijo).

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